miércoles, 29 de abril de 2020

No ha hecho ruido,
no ha saltado una astilla.

No resuena,
ni tartamudea su voz en el eco,
pero no porque sea sordo,
no porque esté hueco;
la razón es simple,
no quiere hacerse notar.

Le gusta ocultarse,
pero precisamente por eso, está.

Sabe dónde permanezco,
porque estoy en todas partes.
Allí y acá, donde habito
no estoy esperándole,
ni le he puesto una vela,
y para mí eso es todo lo que cuenta.


Reseña de Ternura y derrota, de Luna Miguel

La ternura se presenta como una obligación para la mujer. Consiste en un deber que sin embargo permite dominar, como si de un juego de espej...