no ha saltado una astilla.
No resuena,
ni tartamudea su voz en el eco,
pero no porque sea sordo,
no porque esté hueco;
la razón es simple,
no quiere hacerse notar.
Le gusta ocultarse,
pero precisamente por eso, está.
Sabe dónde permanezco,
porque estoy en todas partes.
Allí y acá, donde habito
no estoy esperándole,
ni le he puesto una vela,
y para mí eso es todo lo que cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario